LA POESIA FEMENINA EN EL FESTIVAL DE GRANADA Una muestra de cinco nicas: Gioconda, Claribel, Michelle, Blanca y Marta

 

juntasPor Nadine Lacayo Renner

La literatura femenina y dentro de ésta la poesía específicamente creada por mujeres y como mujeres, es decir, desde esa condición, ha negado que el viejo “ideal femenino asociado a la literatura romántica” haya tenido asidero real en la historia y menos todavía en la literatura femenina contemporánea. Desde hace varios siglos, las poetas y escritoras mujeres se abrieron camino a punta de codazos en la apretujada competencia de la creación y divulgación literaria, y por eso muchas quedaron en el anonimato sin ser reconocidas o siguen bajo un seudónimo con nombre de hombre para ser leídas y disfrutadas. Este costoso esfuerzo se ha hecho a medida que las mujeres avanzamos en nuestra conciencia crítica sobre el rol subordinado que nos ha impuesto la sociedad patriarcal. No ha sido fácil para ninguna, más cuando con mayor genuinidad e intensidad que los hombres, las escritoras desnudan sin permiso de nadie la intimidad de sus sentimientos, como si se quitaran la ropa sin pudor en público. Pero esta literatura (la creada por mujeres), desde los tiempos de Juana Inés de la Cruz, pasando por V. Wolf o Sylvia Plath, entre otras cientos, no solo muestran la calidad de su forma, la musicalidad de sus versos y prosa y la sensibilidad estética de sus obras, también, y sobre todo, revelan su capacidad de cuestionamiento del mundo y de la realidad, su deseo de renovación y transformación creadora y, sobre todo, representaron y siguen encarnando y reflejando como si fuesen un espejo, nuestra particular subjetividad y conciencia emocional y social como mujeres, que involucra nuestra concepción de la vida, la sexualidad que vivimos, la relación con los otros y nuestra visión del entorno desde donde hemos estado siempre viviendo – en mayor o menor grado- nuestros procesos de búsqueda de libertad.

Las mujeres que escriben y lo hacen como mujeres, sea unas más conscientes u otras más instintivas, con miedo o con coraje, con mayor racionalidad o más emocionalidad, despliegan sin regateo su sensibilidad como expresión de sus luchas en distintos planos por la libertad de todas las mujeres. A veces lo hacen en forma de alaridos, gritos o grititos, o con voces suaves o susurros y otras ofrecen testimonios de retazos de sus vidas y experiencias o cantan su espiritualidad con palabras llanas y sencillas. De ahí que cobra importancia la reflexión sobre el papel de la literatura femenina en el desarrollo o aporte al feminismo, un tema ciertamente complejo, pero que es relevante en la medida que crecen las banderas misóginas y la violencia de todo tipo contra las mujeres no se detiene a pesar de nuestras conquistas. Al final de cuentas, quiérase o no el arte en cualquiera de los géneros de las mujeres, desviste y expone lo más profundo de nuestros sentimientos, sueños, pesadillas y “pecados”, y por lo tanto también contribuye a nuestra transgresora y bendita libertad.

Así, acercándonos a la celebración del día internacional de la mujer, presento una muestra de la poesía de las mujeres escritoras que estuvieron presente en el recién concluido XIII Festival Internacional de Poesía de Granada. Al este festival, asistieron más de cien poetas hombres y mujeres provenientes de todos los continentes. En la lista que examiné en la página del FIPG, conté un poco más de treinta poetas y escritoras mujeres, sin incluir a las de Nicaragua. Estuvieron poetas veteranas renombradas que han obtenido galardones nacionales y/o internacionales por su obra y algunas hasta un “Pulitzer” o “alfaguara”, estuvieron otras poetas jóvenes y menos jóvenes que con la admiración y aplauso de las más experimentadas, se abren camino con nuevos tintes, tonos y acentos de gran calidad.  Llegaron poetas africanas, asiáticas, europeas, australianas, caribeñas, norteamericanas, centroamericanas y suramericanas.

Hubo negras, blancas, chinas, morenas, jóvenes, menos jóvenes, plenas y más plenas. Y como siempre, – lo que se da por descontado-, la mayoría de las voces femeninas fueron de las poetas y escritoras nicaragüenses que nos entregaron lo mejor de sí mismas. Resulta difícil reunir de una vez toda esa vasta poesía de mujeres, pero esperamos divulgarla en ECOS DE LOBA poco a poco. Comienzo ahora con apenas cinco de las nicas ya consagradas: Gioconda Belli, Claribel Alegría (se hizo representar por la poeta italiana Zingonia Zingone) Michelle Najlis, Blanca Castellón y Marta González. ¡Mujeres: Disfruten a estas mujeres ¡

Gioconda Belli

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CONSEJOS PARA LA MUJER FUERTE

Si eres una mujer fuerte
protégete de las alimañas que querrán
almorzar tu corazón.
Ellas usan todos los disfraces de los carnavales de la tierra:
se visten como culpas, como oportunidades, como precios que hay que pagar.
Te hurgan el alma; meten el barreno de sus miradas o sus llantos
hasta lo más profundo del magma de tu esencia
no para alumbrarse con tu fuego
sino para apagar la pasión
la erudición de tus fantasías.

Si eres una mujer fuerte
tienes que saber que el aire que te nutre
acarrea también parásitos, moscardones,
menudos insectos que buscarán alojarse en tu sangre
y nutrirse de cuanto es sólido y grande en ti.

No pierdas la compasión, pero témele a cuanto conduzca
a negarte la palabra, a esconder quién eres,
lo que te obligue a ablandarte
y te prometa un reino terrestre a cambio
de la sonrisa complaciente.

Si eres una mujer fuerte
prepárate para la batalla:
aprende a estar sola
a dormir en la más absoluta oscuridad sin miedo
a que nadie te tire sogas cuando ruja la tormenta
a nadar contra corriente.

Entrénate en los oficios de la reflexión y el intelecto
Lee, hazte el amor a ti misma, construye tu castillo
rodealo de fosos profundos
pero hazle anchas puertas y ventanas

Es menester que cultives enormes amistades
que quienes te rodean y quieran sepan lo que eres
que te hagas un círculo de hogueras y enciendas en el centro de tu habitación
una estufa siempre ardiente donde se mantenga el hervor de tus sueños.

Si eres una mujer fuerte
protégete con palabras y árboles
e invoca la memoria de mujeres antiguas.

Haz de saber que eres un campo magnético
hacia el que viajarán aullando los clavos herrumbados
y el oxido mortal de todos los naufragios.
Ampara, pero ampárate primero
Guarda las distancias
Constrúyete. Cuidate
Atesora tu poder
Defiéndelo
Hazlo por ti
Te lo pido en nombre de todas nosotras.

Claribel Alegría

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SALTO MORTAL

A Eraclio Zepeda

Oscilaba hacia el suelo
zigzagueaba
pensé que era una pluma
el ala desprendida
de alguna mariposa.
Solo era un papelito
que entró por mi ventana
un papelito tuyo
un mensaje cifrado
que yo no fui capaz
de descifrar.
A menudo el cartero
me entregaba en París
tus papeles de Praga:
recetas de cocina cuscatleca
con olor a loroco
y a canela.
Más tarde
ya en la Habana
mientras almorzaba en el hotel
llegaban mensajeros
de tu parte
casi a diario me enviabas
alas de mariposa
apretadas de signos
y yo no fui capaz
de comprender.
Tropezaba contigo
en todas partes
empecé a juntar mitos
cosas que de veras
te ocurrieron.
Como pétalos morados
las prensaba
entre las páginas
de un libro.
Quedó allí el terremoto
que permitió que huyeras
de la cárcel
aquel golpe de estado
que te salvó la vida
la peligrosa aventura
con tu hermana.
Poco a poco
empecé a descifrar
tus jeroglíficos
me invitabas al baile
y acepté aturdida
bailamos en La Habana
en México
en Chalchuapa
por laberintos de hojas
me llevabas
vertiginosamente subíamos
bajábamos
fue siempre el mismo paso
como un acto de amor
el mismo paso
¿lo soñé?
¿me soñaste?
Desperté con tu muerte
rozándome los labios
entre las asombradas yemas
de mis dedos
empezaron a deshacerse
tus papeles
se me iban apagando
se esfumaban.
Nunca bailamos, Roque
ni siquiera nos miramos
a los ojos
sin embargo quizás
(Chuang Tsu soñó a la mariposa
¿o fue a la inversa?)
No recuerdo si en México
o en Praga
mientras bebías cerveza
en la taberna
le contaste a Eraclio
que habíamos bailado
que te enseñé ese paso
ese salto mortal.

Michelle Najlis

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Quisiera conocer lo esencial en ti, flor
comerte desde la raíz
y conocer cada uno de tus pétalos.

Saborear los misterios del alba,
del insomnio y la noche.
penetrar los secretos del tiempo
y del espacio.

Ahora ya lo sé:
indecible es el Enigma
de la vida
que me llena
de silencios
y palabras.

COMO LA TORMENTA

Como la tormenta, amor, como la tormenta.
Como el rayo, quemante, como el rayo.
Como la lluvia, como los robles ante la lluvia.
Como las flores, amor, como las flores.
Como el madero que retoña en los cercos.
Como quien despierta a medianoche
gritando un nombre
y oye que ese nombre le responde.
Como quien toma unas manos
tendidas desde siempre.
Como un niño ciego
que busca su juguete preferido.
Como un cauce que se llena a la llegada del invierno.
Como una mujer ama a su hombre
así, amor, te he querido.

Y ahora,
ante mi dolor y tu cólera
ante tu imagen y mi deseo, ante tu ausencia,
como la tormenta, amor,
así te quiero.

PREFACIO DE AMOR

Es bueno darte gracias, Señor, por el amor,
ese don sagrado de la Vida
que nos hace vulnerables a tu luz,
frágiles a tu voz que nos sorprende
en el sitio inesperado.
Es bueno darte gracias por el amor,
que nos hace buscar siempre, temerarios,
la Tierra Prometida,
renunciar a la prudencia
y abrir el corazón al sobresalto.

Gracias por el instante eterno
—y por eso irrepetible—
del amor,
por la inevitable desnudez de la mirada
y el rubor que sorprende las mejillas.

Es bueno darte gracias, Señor, por el abrazo,
por el adiós
por la sonrisa que hoy puebla mis desvelos.
Por eso con los ángeles y santos
que acompañan este encuentro
cantamos sin cesar el himno de Tu gloria…

Blanca Castellón

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EL DÍA QUE SOÑÉ CON UN PRINCIPIO SIN FIN

Ellos hacían la realidad
mientras yo recogía silencios
entre los pliegues de la naturaleza muerta.

Ellos hacían verdades huecas
mientras yo contaba parpadeos del sol.

Demasiado tarde para reír
no era el tiempo adecuado para llorar
habían tinieblas en el bolso de mano
quería pagar con velas encendidas
la algarabía de los pájaros en mi jardín
pero se fueron antes de saber
cuánta melodía me habían regalado.

Empezó entonces la destrucción
las hojas en blanco volaban risueñas en mi ventana
estaba vacía la casa de mi muerte

todavía no te conocía y vos ya te habías fijado
en la transparencia de mis oraciones matinales

así habías escrito mi epitafio.

El reloj dio la orden de correr y correr
tenía que zambullirme en un pozo de recuerdos.
¿Quién le había extraviado el verde a la selva?
¿Quién se había quedado con la humedad del siglo?
¿Quién rugía inconsolable adentro de los mares?
¿Quién renunciaba a seguir mis líneas de expresión?

Estaba confundida

la balanza empezaba a crujir
con el peso de una pasión inédita
ya no explotabas en besos clandestinos
ya no acariciabas mis infamias selectas
no eras el mismo del reino mordaz
te habían nacido razones en el pecho
tenías la prudencia marcada en las sienes.

En medio de todo
había conservado el cuerpo de los libros grandes
Cervantes y Juanas. Dantes y Virgilios
Daríos y Borges. Vallejos. Pessoas
Verlaines. Rimbaudes
dormían seguros en mi frente ancha.

El cielo estaba distraído.
Las tardes eran pompas de jabón y nadie lo sabía
el calendario escapaba al otro lado de su nombre
¿dónde se asentarían los días?
¿dónde encontraría la fecha de tu viaje eterno?

En la región del aire se detuvo mi canto.
Condense mi voz
Alguna vez seré agua.

DE PERROS Y POETAS

La tarde se desploma
con puntualidad inglesa

a lo lejos escucho el clamor de perros
dolidos por todo lo olfateado
como si la resaca de los aromas mundanos
se empozara en el tono de su queja
y aullaran un poema de Vallejo

en cambio aquí
acurrucado en el regazo
tengo al Blu mi perro
que parece haber encontrado en mi estudio
el gran tomo de Withman

como si lo hubiera devorado
y fuera un buen lector
ha quedado optimista como nadie
y con una fe absoluta
en la buena levadura de la humanidad.
TREPANACIÓN VIRTUAL

Dan ganas de sacarse el cerebro de la cabeza
meterlo en la tina del baño con agua tibia
sales minerales y burbujas aromáticas

contemplar desde afuera la corteza
con el manto de tejido nervioso
que cubre los hemisferios
fascinados ante semejante espectáculo gris
esperando que brote
entre sus 100.000 millones de neuronas
-tantas como estrellas de nuestra galaxia-
un poema rojo
muy rojo
como gota de sangre infantil
un poema verde
tipo reserva de Bosawas

mientras descansamos de los pensamientos
mientras pasan las guerras y las hambrunas
mientras llega una epidemia
que extermine a los corruptos
mientras el combate mental nos da una tregua.

Marta Leonor González

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CULTIVO FAMILIAR

Trago las púas que mi padre sembró,
mi hermano las cultiva.
Mamá esconde el cuaderno
donde la niña garabateó
la casa en llamas
destruida por las palabras.

En este momento
veo las páginas tachadas
los poemas que mamá escribió
con vergüenza
y el sueño de armar una ventana
inventar un color
«amarillo no es azul» me dice
y vuelvo a la paleta
donde ella confunde el rosa
con el fucsia.

Pero papá tiene ese jardín de púas para él
y noches largas de riego
donde le acompaña la congoja
y le descubre el color a las piedras.
PAPÁ DUERME
Papá duerme
y escucho su respiración
su voz llamándome «Madre cuídame»
su voz diciéndome ¡Perdón!
lo escucho taconear
subir las gradas con agitado cansancio
lo siento hablándome al oído:
«he besado a tu madre mientras dormía»
lo escucho reír
toser bajo la lluvia
maldecir que la sopa está caliente
y elevar un barrilete
con el hilo enredado entre los dientes
puntuando la hora de la despedida.

Papá habla el lenguaje de los sordos
su pupila atenta deduce abecedarios
y sólo tengo una razón
amamantarlo cuando me lo pide,
lo suplica por el miedo de los años
por la rabiamadre que le devora el estómago.

Papá entona solo su canción
y protejo sus notas
de afiladas consonantes
disparatadas anécdotas de payaso urbano
fiel espía de sus propias sombras.

Papá duerme
y su voz también
mientras la tierra lo recibe.

BOLETO PARA ENTRAR AL CLUB

Se puede elegir la forma de morir
si el breviario lo permite,
la alcachofa hirviendo entre papilas que se retuercen
la cuerda para después del ayuno,
pinchar la pupila hasta ensangrentar la cereza,
repetirse que somos espejos, fisuras de resinas, retorcidos pinos
mecidos por la fiebre del viento que nos llega del norte.
Mientras tragas agujas y recreas cómo será tu cuerpo en la bañera,
alguien con dulzura desliza por sus muñecas una hoja con filos diligentes
en otra página, carótida mordida por una perra de veinte cabezas.

Más antiguo será el arsénico, a hurtadillas lo buscarás
queriendo ser la poeta romántica,
el cuchillo en el corazón para que te nombren; amor,
la valiente que martillo, el tiro en la boca, antes sonreír frente al espejo
la muerte desdentada que se burla
con 400 formas de acariciarte en una cita de whisky y anfetaminas.

Morir tachando el calendario con pintura para uñas no es elegante,
es patético indicar con carta numerada
que la ira entra sin explicación como un falo ebrio.

No hay mejores venenos para un cuerpo en quietud,
aspirina, paracetamol, gasolina, insulina, cloroformo,
mercurio, valium, una lista de naufragios
el juego de póker perdido que desarma el aliento.

La suma de encuentros, cifras que se rompen,
fue como ahorcarse con el sombrero puesto, quemarse con los libros
escribir versos con sangre sobre la foto de un viejo amante.

Entonces venciste, árbol de cicatrices
con sombrilla cubriéndole el rostro a la muerte.
Complaciéndola con antifaz y pandereta para su baile.

LA RONDA DE LAS AVES
La noche es una paloma travestí.
paloma mujer, paloma gato azul,
perezosa paloma de bocas rojas,
pantera paloma y tigresa de las avenidas.

Palomas que mueren cuando el invierno llega,
geometrías húmedas, cansadas como un reloj en media noche,
en el frío su deseo es que arda la estrella.

En los tumultos van cuando el sol duerme.

En el bulevar escarchas con vestidos negros
las arropan, están embriagadas de mujer,
no se extinguen, se reproducen, se multiplican del agua

es la voz que abrasa en el día de todos los muertos
aún abandonada son faros de alegría y belleza

palomas aritméticas de ceñidos trajes,
equilibristas de tacones
guardianas de lo sublime, compañera.

 

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